miércoles, 15 de junio de 2011

Contar las Estrellas



Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar.
Y (Dios) le dijo: Así será tu descendencia.
Génesis 15:5.

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de verdad.

2 Timoteo 2:15.
   La bóveda celeste, cubierta de estrellas, es un encanto para los ojos: hay cientos de miles de millones de estrellas únicamente para la Vía láctea, nuestra galaxia, todas sostenidas por una mano invisible y poderosa, en un movimiento incesante. Además existe igual cantidad de galaxias, ¡cada una tan vasta como la Vía láctea! Es como para sentir vértigo.

       Espontáneamente nos viene a la mente la historia de Abraham. Un hombre de edad que ya no podía pretender tener un hijo, recibió el mensaje de que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas que él pudiera contar. Bajo el cielo del desierto, ¡el número de las estrellas visibles es mucho más grande que bajo el cielo contaminado de las grandes ciudades!

       Dios también me interpela mediante esta visión para decirme, a mí que soy su hijo, que mis riquezas en Cristo son más numerosas de lo que puedo contar. ¿Estoy suficientemente agradecido por tal don de Dios? ¿Y si Dios también me interpelara a través de esta visión para decirme que hay numerosas tareas que cumplir para él? ¿Me recuerda esto la importancia de mis responsabilidades como cristiano?

       Me es fácil aceptar el pensamiento de mis bendiciones. En cuanto a mis responsabilidades, las cuales no tengo excusas para eludir, ya que si “Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31).

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