Si quiero colocarme por encima de todas las tradiciones religiosas para escoger en cada una de ellas lo que estimo aceptable, quizá me fabrique un sistema de valores según mi conveniencia, cuyo centro y dios en cierto modo seré yo. Sin embargo, sólo soy una criatura; lo que necesito es conocer al que me creó y me dio la vida.
Pero, ¿quién me puede dar este acceso a Dios? ¿Dios o el hombre? ¿El Creador o la criatura? Evidentemente, sólo puede ser Dios. Dios es inaccesible al hombre, quien está limitado por sus propios recursos. ¡Pero se dio a conocer! Su mensaje es la Biblia. Ella no es un código de leyes, sino un mensaje de amor y verdad. Da una vida y una relación nuevas a quien cree.
¡No espere más para prestar atención a lo que Dios dice en la Biblia, su Palabra escrita! Por medio de ella se da a conocer a aquel que lo busca y cree en su mensaje. Puede confiar en él y recibir la revelación que Dios hace de sí mismo. Puede encontrar a Dios en la oración, en relación con su Palabra. Así, la fe puede decir: Sí, Señor, creo en ti. Confío en tu Palabra como si fuera una roca, pues ¿quién mejor que tú podría decirme quién eres y cuál es el camino que conduce a ti?
JUAN 3:16+ JUAN 14:6