viernes, 9 de septiembre de 2011

La Honra de ser Cristiano -Carta al Emperador




(Jesús les dijo:) No resistáis al que es malo; antes,
a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vé con él dos.
Mateo 5:39-41.

  Atenágoras, nacido en Atenas, fue un filósofo que vivió en la última mitad del segundo siglo. Se proponía escribir en contra de los cristianos, por ello se puso a leer sus libros. Mediante esta lectura Dios le abrió los ojos y se convirtió al Señor. Entonces, en lugar de atacar a los discípulos de Cristo, los defendió, y en el año 177 presentó al emperador Marco Aurelio un escrito, diciendo: «¿Por qué estaría usted ofendido sencillamente a causa del nombre que llevamos? El nombre solo no merece su odio; el crimen es digno de castigo. Si se nos convence de haber cometido una mala acción, grande o pequeña, castíguenos, pero no simplemente a causa del nombre de Cristo. Ningún cristiano es un criminal, salvo que obre de una manera contraria a lo que pretende ser».

       Más adelante, al comparar la conducta de los cristianos con la de los paganos, dijo: «Entre nosotros usted hallará ignorantes, esclavos, mujeres viejas que quizá no podrían probarle mediante razonamientos la verdad de nuestra doctrina; pero por sus obras muestran el efecto bienhechor que ella produce, cuando uno está persuadido de que es verdadera. No hacen discursos, sino buenas obras. Cuando los golpean, no devuelven los golpes; no entablan proceso a los que los despojan; dan a los que les piden y aman a su prójimo como a sí mismo».
La Biblia Anual Audio ® – 09 de Septiembre – 2° de Crónicas 30-32.

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