domingo, 17 de julio de 2011

SEGUIMOS EN LA CALLE

DE NUEVO ESTA SEMANA ESTAREMOS EN LA CALLE . EL MIERCOLES LA CITA ES EN LA PLAZA LAS MONJAS EN HUELVA , A LAS 8/30 DE LA TARDE. EL JUEVES SI DIOS QUIERE ESTAREMOS EN LA PALMA EN LA PLAZA ESPAÑA A LAS 8/30. EL RETO ES GRANDE PERO LA BENDICION DE DIOS ES MAYOR, OBEDECEMOS SU MANDATO Y TENEMOS LA PROMESA DE QUE NO ESTREMOS SOLOS, EL Y SU ESPIRITU SANTO IRAN CON NOSOTROS, VEN , APOYA,PARTICIPA Y DA TESTIMONIO DE LO QUE CRISTO HA HECHO POR TI, DIOS TE BENDIGA EN LA OBEDIENCIA,

La Gloriosa Aparición del Señor Jesús




Los discípulos dijeron: Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas,
y qué señal habrá de tu venida?

Mateo 24:3.

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá,
y los que le traspasaron… Sí, amén.

Apocalipsis 1:7.

      El período de los juicios descritos en el Apocalipsis estará marcado por una gran batalla final llamada “Armagedón” (Apocalipsis 16:16). Entonces el Señor Jesús, acompañado por los salvados glorificados, aparecerá en las nubes del cielo “con gran poder y gloria” (Marcos 13:26). Será la liberación muy esperada y la gran reunión de los fieles dispersados por la tierra (v. 27). Al mismo tiempo tendrá lugar la resurrección de todos los mártires de este terrible período de la tribulación (Apocalipsis 20:4). Su aparición será el glorioso día anunciado por la mayoría de los profetas del Antiguo Testamento y en varios salmos de triunfo (léase Isaías 12, por ejemplo).

       ¡El mundo quedará estupefacto cuando vea a Jesucristo en su esplendor real, él, cuya historia humana empezó en un pesebre y terminó en una cruz! Hasta ahora descrito como varón de dolores y humillado, entonces aparecerá radiante de gloria. “Así asombrará él a muchas naciones… verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído” (Isaías 52:15).

       Los discípulos quisieron saber la fecha de esos acontecimientos, pero Jesús no se la dijo, como tampoco nos reveló el momento de su retorno para arrebatar a su Iglesia, hecho que tendrá lugar en tiempos de la tribulación. No delimitó el tiempo de su gracia ofrecida a todos los seres humanos. Tampoco precisó el de su gloria. ¡Esperémoslo, pues, cada día!