sábado, 9 de julio de 2011

Socorro en la Angustia



Danos socorro contra el adversario,
porque vana es la ayuda del hombre.
Salmo 108:12.

Alma mía, en Dios solamente reposa,
porque de él es mi esperanza.

Salmo 62:5.

Él tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5:7.

 ¡Cuán difícil es traer consuelo a quienes están abrumados y agobiados por la prueba! No podemos hacerlo por nosotros mismos, pero deseamos dirigirles un mensaje que ninguna simpatía humana puede igualar: ¡Dios los ama!

       Muchas preguntas pueden acosarlos: ¿Por qué estas tristezas? ¿Verdaderamente provienen de un Dios que ama? Dios quiere hacerles sentir, quizá de una manera dolorosa, la fragilidad del ser humano y de todo lo que es de este mundo, pero ante todo desea que ustedes dirijan sus miradas hacia aquel a quien él dio, a Jesucristo, su Hijo unigénito.

       Más allá de las pruebas humanas hay un eterno porvenir de felicidad para aquellos que ponen su confianza en Jesucristo. Al morir en la cruz por nuestros pecados, él cumplió la obra de la redención y la reconciliación con Dios (Romanos 4:25). A todos aquellos que recibieron a Jesús como su Salvador, creyendo en él, Dios les dio el derecho de ser sus hijos (Juan 1:12). El Padre, ¿Cómo no tendría cuidado de cada uno de sus hijos? Aún hoy el Señor les dice: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5). “Estoy con vosotros todos los días” (Mateo 28:20).¡Qué privilegio inestimable atravesar la prueba en compañía de tal persona!